05-01-2010
El mundo medio siglo después
Fidel Castro
Cubadebate
Al cumplirse hace dos días el 51 aniversario del triunfo de la Revolución, acudieron a mi mente los recuerdos de aquel 1º de Enero de 1959. Ninguno de nosotros imaginó nunca la peregrina idea de que transcurrido medio siglo, que pasó volando, lo estaríamos recordando como si fuera ayer.
Durante la reunión en el central Oriente, el 28 de diciembre de 1958, con el Comandante en Jefe de las fuerzas enemigas, cuyas unidades élites estaban cercadas y sin escape alguno, este reconoció su derrota y apeló a nuestra generosidad para buscar una salida decorosa al resto de sus fuerzas. Conocía de nuestro trato humano a los prisioneros y heridos sin excepción alguna. Aceptó el acuerdo que le propuse, aunque le advertí que las operaciones en curso proseguirían. Pero viajó a la capital e instigado por la embajada de Estados Unidos promovió un golpe de Estado.
Nos preparábamos para los combates de ese día 1º de Enero, cuando en la madrugada llegó la noticia de la fuga del tirano. Se impartieron órdenes al Ejército Rebelde de no admitir el alto al fuego y continuar los combates en todos los frentes. A través de Radio Rebelde se convocó a los trabajadores a una Huelga General Revolucionaria, secundada de inmediato por toda la nación. El intento golpista fue derrotado, y en horas de la tarde de ese mismo día nuestras tropas victoriosas penetraron en Santiago de Cuba.
El Che y Camilo recibieron instrucciones de avanzar rápidamente por la carretera, en vehículos motorizados con sus aguerridas fuerzas, hacia La Cabaña y el Campamento Militar de Columbia. El ejército adversario, golpeado en todos los frentes, no tendría capacidad de resistir. El propio pueblo sublevado, ocupó los centros de represión y las estaciones de policía. El día 2, en horas de la tarde, acompañado por una pequeña escolta, me reuní en un estadio de Bayamo con más de dos mil soldados de los tanques, artillería e infantería motorizada, contra los cuales habíamos estado combatiendo hasta el día anterior. Portaban todavía su armamento. Nos habíamos ganado el respeto del adversario con nuestros audaces, pero humanitarios métodos de guerra irregular. De este modo, en solo cuatro días -después de 25 meses de guerra que reiniciamos con unos pocos fusiles-, alrededor de cien mil armas de aire, mar y tierra y todo el poder del Estado quedaron en manos de la Revolución. En solo pocas líneas relato lo ocurrido aquellos días hace 51 años.
Comenzó entonces la principal batalla: preservar la independencia de Cuba frente al imperio más poderoso que ha existido, y que nuestro pueblo libró con gran dignidad. Me complace hoy observar a aquellos que por encima de increíbles obstáculos, sacrificios y riesgos, supieron defender a nuestra Patria, y en estos días, junto a sus hijos, sus padres y sus seres más queridos, disfrutan la alegría y las glorias de cada nuevo año.
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